El sentimiento profundo que no estoy en el bueno lugar aquí abajo, desde niña, que estoy siempre fuera de sintonía, que siempre pregunto lo que inquieta, que lleva a poner las cosas en duda y que muchos prefieren poner bajo vidrio.
"Cállate, no decimos eso, no preguntamos eso.
Cállate, fingimos estar de acuerdo para no hacer olas. Pero entonces, ¿ con quién estás hablando ?
Bueno, al señor que me hace preguntas. ¿ Qué señor ? Yo no lo veo…
Bueno, yo lo veo.
Pero no, a ver, ¿ de qué hablas otra vez ? No hay nadie más que tú e yo en esta habitación. »
Imposible ponerme bajo un cristal y sin embargo, intento, intento encajar en este marco que sólo quiero romper en mil pedazos.
Vamos por los estudios que me deben llevar a la cátedra excepto que... los sigo sin vibrar, tratando de silenciar mis sentimientos, abriendo de nuevo la puerta a lo invisible pero no como yo debería... A menos que... Un fracaso en el concurso de profesores y me comprometo a un curso de formación más corto para encajar en el molde a toda costa : necesito un trabajo.
Entonces, me convierto en un agente de viajes. Muy rápido, pica, duele, grita dentro de mí. Todo va demasiado rápido, no tengo tiempo para hacer bien mi trabajo y cometo errores. Las señales están ahí : "Estás fuera de lugar, hija mía", me grita el universo pero elijo inclinarme.
Cansada, trato de escapar y vuelvo a la cátedra, en vano.
Al final, me ofrecen otro puesto que me conviene más en el campo administrativo. Me adapto a eso. La pequeña voz en mí es menos fuerte. Sin embargo, el universo vuelve a la carga. Mi estación de trabajo está a punto de desaparecer. Plan social. Me voy, hago una nueva formación y enseguida me instalo como secretaria independiente. Me adapto, una vez más. Pocos clientes, malas experiencias. “Todavía, estás fuera de lugar, hija mía»
2013:  una formación de Reïki, una puerta que se abre...

Finalmente, la sensación de tocar con el dedo algo muy esperado.
Dentro de mí, vibra, vive, centellea. La  pequeña voz  me lleva un año después a empujar la puerta de Magnified Healing®.
La apoteosis : Siento en lo más profundo de mi ser estas olas de amor que me atraviesan, me sacuden, me devuelven (finalmente) a lo que soy. A partir de ahí, ya no puedo fingir, salgo del cuadro.
El camino aún es largo pero estoy en él y no lo dejo más. De acuerdo con los caprichos de la vida, lo sigo y acepto finalmente descender a la materia tal como soy: para hacer el vínculo entre lo visible y lo invisible y mostrarte que tú también tienes en ti esta increíble fuerza de vida que te anima y te conecta con el Gran Todo.